Se trata de George Pell,
principal asesor financiero del Papa, a quien se le reprocha su conducta cuando era autoridad en Australia
Uno de los cardenales de mayor nivel del Vaticano fue citado para testificar esta noche en una audiencia pública relacionada con abusos sexuales de sacerdotes que estaban a su cargo en Australia, en una inusual demostración que busca responsabilizar a un altísimo prelado de la Iglesia.
El cardenal George Pell, el principal asesor financiero del Papa Francisco, testificará en una sala de prensa en un hotel de Roma durante tres noches consecutivas, respondiendo a preguntas a través de un enlace de video con la Comisión Real de Australia y en presencia de sus acusadores.
El arreglo, que incluye un periodo para testificar de las 10 de la noche a las dos de la mañana para acomodarse al horario de Australia, se hizo luego de que Pell solicitara ser disculpado de testificar en persona por problemas cardíacos que no se habían dado a conocer — un ataque, cardiopatía e hipertensión —y que harían muy riesgoso el vuelo.
El acuerdo ha tenido la consecuencia imprevista de magnificar el hecho, que de otro modo acaso se hubiera reducido a unos pocos ciclos noticiosos en Australia. Pero ahora, la prensa europea y estadounidense cubrirán una historia de curas pedófilos, niños violados y encubrimiento por la jerarquía eclesiástica, algo con lo que la Santa Sede no quiere tener nada que ver.
Pell empezará a declarar pocas horas antes de la ceremonia de los Oscar, en la que "Spotlight", la historia de cómo el diario Boston Globe investigó el encubrimiento de pedófilos por la Iglesia católica durante años, está nominada a seis estatuillas.
El prelado ha comparecido dos veces ante la Comisión Real sobre Respuestas Institucionales a los Abusos Sexuales de Menores. La comisión real, el organismo investigador de mayor jerarquía en Australia, indaga cómo la Iglesia católica y otras instituciones abordaron los abusos que tuvieron lugar durante décadas en el país.
No puede presentar cargos penales, pero sí recomendar que se remitan los casos individuales a la policía y los fiscales.
Pell, que nació y creció en el baluarte católico de la ciudad de Ballarat, ha sido acosado durante años por denuncias de que manejó mal los casos de curas abusivos cuando era arzobispo de Melbourne y luego de Sydney, desde el cual gobernó la Iglesia australiana hasta que el Papa Francisco lo designó para manejar las finanzas de la Santa Sede.
El prelado ha negado reiteradamente haber cometido delito alguno y ha ofrecido disculpas a las víctimas por los actos "profundamente malignos" de sacerdotes que violaron a menores.
Sus defensores dicen que se lo ha convertido en chivo expiatorio de problemas muy anteriores a él.
Al prelado se le reprocha la conducta que tuvo, como autoridad, frente a varios casos de pederastia denunciados precisamente en la ciudad de Ballarat (sureste), donde nació y trabajó desde 1973 hasta 1983, antes de ser nombrado arzobispo de Melbourne (1996) y luego de Sídney (2001).
"Es un hombre íntegro, comprometido con la verdad y con ayudar a los demás, sobre todo por los que han sufrido o están en dificultades", escribieron siete arzobispos australianos el año pasado.
En cambio el británico Peter Saunders, fundador de la Asociación Nacional de Personas que sufrieron abusos en la Infancia (Napac, en sus siglas en inglés), declaró que la postura de Pell es "indefendible" y que la respuesta que dio a las víctimas de abusos sexuales en su última comparecencia ante la real comisión fue "fría" y "cruel".
Saunders fue víctima de pederastia en la adolescencia y una de las seis personas que relataron su historia al Papa Francisco en una reunión sin precedentes celebrada en el Vaticano.
Purpurado. El renombrado Pell fue uno de los ocho prelados elegidos para formar parte del Consejo de Cardenales (G8) que creó el Papa Francisco para que lo asistiese en el gobierno de la Iglesia y en la reforma de la curia romana.
Luego el Papa lo designó presidente del consejo de economía del Vaticano para llevar adelante la limpieza de las estructuras económico-financieras de la curia romana, como el IOR, conocido popularmente como el banco vaticano.
La tarea aparentemente la esta llevando adelante muy bien, con resultados que están a la vista.
Víctimas volaron hacia Roma
Unas 20 víctimas de los abusos de sacerdotes de la Iglesia australiana partieron ayer a la mañana desde Melbourne hacia Roma para presenciar la declaración del cardenal Pell.
Las lágrimas se derramaron cuando las víctimas de la ciudad de Ballarat se abrazaron en el aeropuerto, mientras se abrían camino antes de viajar 16.000 kilometros para ver al purpurado de su país dar pruebas por videoconferencia a la Comisión Real sobre las respuestas institucionales al abuso sexual infantil.
Cientos de personas saludaron a las víctimas en la aeroestación de Melbourne, muchas de las cuales llevaban camisas estampadas con las palabras "No Más Silencio".
Las víctimas dijeron que viajaban a Roma por la verdad y la honestidad.
Entre los viajeros estaba Andrew Collins, quien fue abusado por cuatro hombres diferentes en las escuelas e iglesias de Ballarat. Dijo que el cardenal Pell tendría que haberse comprometido para ayudar a las víctimas de abuso y no lo hizo.
"Su legado está literalmente en sus manos", manifestó.
Parte de las víctimas viajaron gracias a una colecta pública lanzada por un comediante australiano, de nombre Tin Minchin, quien también creó una canción ("Vuelve a casa, cardenal Pell") que recibió un millón de visitas en YouTube.
Minchín dijo que las víctimas de los abusos son verdaderos "sobrevivientes" y opinó que Pell debería "lavarles los pies" a ellos, alimentando la polémica.
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