jueves, 9 de mayo de 2019

El Papa obligará a las diócesis a tener un mostrador de quejas de abusos sexuales

El Papa obligará a las diócesis a tener un mostrador de quejas de abusos sexuales


La publicitada cumbre contra los abusos sexuales en la Iglesia, celebrada el pasado febrero en el Vaticano, dejó un mal sabor de boca entre las víctimas porque no presentaba medidas concretas y efectivas para luchar contra esta lacra. Hoy el papa Francisco ha publicado un Motu Propio –un documento del Pontífice– que establece algunas normas nuevas que tendrán que acatar las diferentes diócesis en este sentido y que exige celeridad en las investigaciones.

Entre las novedades previstas se encuentra la obligación para todas las diócesis mundiales de contar, para junio del 2020, con un “mostrador” de quejas de abusos. El Papa habla de “sistemas estables y fácilmente accesibles al público para presentar informes” sobre las agresiones sexuales cometidas por clérigos y religiosos, el uso de pornografía infantil y el encubrimiento que los obispos han podido hacer de los mismos. Sin embargo, el Papa no especifica en qué consistirán estos “sistemas” para dejar libertad a las diócesis según las condiciones y las culturas locales.


“Lo que se quiere es que las personas que han sufrido abusos puedan recurrir a la Iglesia local con la seguridad de que serán bien recibidas, que estarán protegidas de las represalias y que sus informes serán tratados con la máxima seriedad”, ha escrito Andrea Tornielli, el director editorial del Dicasterio de la Comunicación, en un artículo para Vatican News y L’Osservatore Romano, los organismos oficiales de comunicación del Vaticano. “Con este nuevo instrumento jurídico querido por Francisco, la Iglesia Católica da un paso nuevo e incisivo en la prevención y lucha contra los abusos que pone el énfasis en acciones concretas”, subraya Tornielli.

La nueva ley vaticana pide que la Iglesia local tenga sistemas estables y fáciles para presentar informes de abusos

Otra medida que establece el Pontífice es que todos los clérigos, religiosos y religiosas, tendrán la obligación de “informar con prontitud” a la autoridad eclesiástica de todas las denuncias de abusos de las que tengan conocimiento, así como de las omisiones y encubrimiento en la gestión de los casos de abusos. Esta obligación hasta el momento quedaba limitada a la conciencia individual, mientras a partir de ahora será un precepto legal. Jorge Mario Bergoglio identifica también por primera vez la llamada conducta de encubrimiento, es decir, cuando un obispo o un jerarca eclesiástico oculta a conciencia un caso de abuso sexual para proteger al criminal y no hacer daño a la imagen de la Iglesia. El Papa deja por escrito que esta conducta consiste en “acciones u omisiones destinadas a interferir o evadir investigaciones civiles o investigaciones canónicas, administrativas o penales, contra un clérigo o religioso en relación con los delitos” de abuso sexual.


“Los delitos de abuso sexual ofenden a Nuestro Señor, causan daños físicos, psicológicos y espirituales a las víctimas, y perjudican a la comunidad de los fieles. Para que estos casos, en todas sus formas, no ocurran más, se necesita una continua y profunda conversión de los corazones, acompañada de acciones concretas y eficaces que involucren a todos en la Iglesia, de modo que la santidad personal y el compromiso moral contribuyan a promover la plena credibilidad del anuncio evangélico y la eficacia de la misión de la Iglesia”, subraya Francisco al principio del documento, titulado Vos estis lux mundi (vosotros sois la luz del mundo).

Francisco prohíbe represalias contra los informantes y abre las medidas a las agresiones sexuales a monjas

Francisco quiere velar también por la protección de los que han informado, y prohíbe “los prejuicios, represalias o discriminaciones” contra los que han presentado una queja. Asimismo, el documento se extiende más allá de los abusos contra niños y adultos vulnerables, y abarca cualquier tipo de violencia sexual y acoso mediante el abuso de la autoridad. Por lo tanto, la obligación de denunciar incluye también la violencia contra las monjas por parte de clérigos, así como el caso de acoso a seminaristas o novicios mayores de edad.


El cardenal canadiense Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos, ha señalado que esta propuesta del Papa ha sido construida y estudiada con la ayuda y asistencia de sus colaboradores en la Curia, “escuchando la voz de los participantes en el encuentro de febrero y de diversas diócesis”. El documento sigue al que presentó Bergoglio a finales de marzo para endurecer las leyes que afectan a la Curia romana, al personal diplomático en las nunciaturas y trabajadores de la Ciudad del Vaticano. En ese caso, y con la voluntad de dar ejemplo al resto de Conferencias Episcopales mundiales, Francisco ampliaba la prescripción de los delitos de abusos sexuales a 20 años y sancionaba con multas a los que no denunciaban un caso del que tenían conocimiento.

Queda por ver cuál será la respuesta de las víctimas a estas nuevas medidas. La nueva ley no prevé la expulsión del sacerdocio a los que han cometido abusos sexuales, una de las normas que pedían aquellos que se reunieron en febrero en el Vaticano para protestar contra la impunidad. La crisis de abusos sexuales es el mayor reto al que se está enfrentando el papa argentino durante su pontificado, y se agravó el año pasado después de conocerse los múltiples casos en EE.UU., Chile y Alemania.

No hay comentarios: