viernes, 29 de octubre de 2010

Lo que dije y lo que no se dice.







Cuando mi niña me conto todo yo hable con ella en mi cuarto, con la luz apagada y cuando acabamos de hablar lo único que pude hacer fue pedirle perdón. No acertaba a decir nada, no tenía idea que tenía ó que no tenía que decir. Hice preguntas de más por ignorancia, por eso aunque tarde busque información y la comparto con ustedes.


Lo que no se debe de decir:
No lo creo.
¿Estas seguro?
¿Y ahora que hacemos?
¡Seguro que tú lo provocaste!
¡Porqué inventas algo así!
¿Por qué no se lo impediste?
¿Te gusto?
Pero no te penetro ¿verdad?

¿Por qué no me lo dijiste antes? Yo hice esta pregunta y ahora con la cabeza mas fría la respuesta es tan obvia que hasta estúpido resulta haber preguntado, no dijo nada por que solo es una niña, por que estaba amenazada, por que tenia mucho miedo, por que siente mucha culpa.

¿Qué te hizo exactamente? También esto lo pregunte, no es buena idea hacerlo, es muy difícil para los niños hablar de ese tema, yo en ese momento quería “hacer un recuento de los daños” saber que íbamos a decir en la denuncia, pero no es interrogando al niño el modo correcto. Ahora se que hubiera bastado con alentarla a hablar. No los cuestionen, por que muchas veces la traducción en sus cabecitas es “no creo lo que me estas diciendo”

No por negar que sucedió el abuso este va a dejar de existir, con la negación lo único que logramos es darle mas armas al abusador para seguir dañando a nuestros niños, los niños son muy fantasiosos, pero sus fantasías son bonitas, como ser un súper héroe o una princesita.

Desde mi punto de vista los monstruos no están enfermos, esto no es una enfermedad ni hereditaria, ni contagiosa, si se tratara de la secuela de un trauma habría una enorme cantidad de mujeres abusando tanto de niñas como de niños y estadísticamente no es el caso, así que yo creo que no hay que darle mas vueltas estamos en ante un criminal. Si tienen psicopatías o no, yo no lo se y francamente no me importa, el monstruo que entro a nuestra vida, luce bastante cuerdo y estoy completamente segura que sabe diferenciar el bien del mal y tiene plena conciencia de las chingaderas que hizo.
fuente:
http://contralosmonstruos.blogspot.com/2010/10/lo-que-dije-y-lo-que-no-se-dice.html

1 comentario:

Helga F Moreno dijo...

Está claro que hay ciertas preguntas que no deben hacerte.
Tanto de niño como de adulto.
Cuando confiesas lo que ha pasado, lo que te pasó, lo peor que puedes recibir es la incredulidad y la duda en la persona a quien se lo dices.
¿Y todo el daño que has sentido, que sientes cada día de tu vida, desde el abuso?
¿Quien mitiga ese daño?
¿Que lo aplaca?
Encima no te creen, cuando han sido participes de tu propia vida llena de consecuencias y secuelas por el abuso.
Sientes rabia, rabia e impotencia por no poder entrar en sus vacías e ignorantes mentes y hacerles recordar todos los pasajes de tu vida que ellos conocen tan bien.
¿Que nos queda? Esperar con resignación a que reconozcan algun día que sabían que pasaba algo, o aprender a vivir con esa rabia y ese dolor cada vez que te hablan o les ves y se comportan como si nada hubiera pasado.
Cuando tu, por dentro, tienes el alma rota y dolida ya de por vida.
¡Hay tantas cosas que deberían decirse y no se dicen y hay tantas que deberían callarse y no se callan!
Un abrazo.