El abuso sexual en la infancia tiene efectos psicológicos, emocionales y físicos a largo plazo, muchas veces permanente. Así lo han descubierto las víctimas de Jeffrey Epstein, financiero pedófilo que murió en un aparente suicidio en su celda en Nueva York el mes pasado.
Estas mujeres fueron reclutadas a veces desde los 12 años a una red de tráfico sexual que encabezaba Epstein junto con otros co-conspiradores. Los abusos ocurrieron durante años en sus mansiones en Nueva York, Florida y su isla privada en el Caribe.
Estas mujeres son hoy maestras, actrices, madres, enfermeras, esposas, bartenders y realtors, como ha reportado el diario The Miami Herald, cuya investigación de la reportera Julie K. Brown logró que se volviera a enjuiciar a Epstein más de 10 años después de que sirviera una condena inusualmente liviana.
Pero a pesar de que algunas de ellas pudieron construir una vida después de este abuso crónico, han lidiado por años con trauma severo, depresión y adicción.
“Él arruinó mi vida y la de muchas niñas. La gente tiene que saber lo que hizo y por qué no fue procesado para que no vuelva a pasar”, le dijo Michelle Licata, una de las víctimas, al Herald.
El abuso sexual infantil, más común de lo que se piensa
Aunque la red que tejió Epstein es inusualmente monstruosa, abuso sexual como el que sufrieron esas niñas no es tan inusual.
Según un estudio de 2009 de los Institutos Nacionales de Salud, el 35% de las latinas en Estados Unidos reportaron haber sufrido alguna forma de abuso sexual.
En otro estudio de abuso infantil en específico de 1999, 35% de las mujeres que denunciaron abuso sufrieron más de un incidente. Su edad media en el momento del abuso era de 11 años.
Un 48% fueron abusadas por alguien de su familia. La mayoría, 60%, no reveló el abuso a nadie. Mientras menos aculturada a la sociedad estadounidense fuera una mujer, más probabilidades tenían de no contarle el abuso a nadie, según el estudio.
¿A qué edad se debe hablar de sexo con los hijos? Consejos para prevenir que sean víctimas de abuso
“La pérdida de la capacidad de disfrutar la vida”
Las secuelas de este tipo de abuso "son espantosas", le dijo a Univision Noticias Lourdes Ríos, psicóloga y enfermera especializada en abuso sexual en Miami.
Las víctimas viven una constante "falta de confianza, falta de valorización de sí mismas como ser humano", dijo Ríos. "Pierden la confianza en otros, sufren depresión, tienen intentos suicidas. Tienen la incapacidad de, por esas razones, conectar con otro ser humano y formar una familia saludable".
Esto mismo es lo que alega la declaración jurada de la última demanda de las víctimas de Epstein.
Captura de pantalla de la declaración jurada de la acusación de la demanda civil en contra del inmueble de Epstein.
“Como resultado directo y próximo de haber sido tocada a la fuerza por Jeffrey Epstein, la Demandante ha sufrido en el pasado y en el futuro continuará sufriendo daños físicos, dolor, estrés emocional, trauma psicológico, angustia mental, humillación, vergüenza, pérdida de autoestima, pérdida de dignidad, invasión de su privacidad y la pérdida de la capacidad de disfrutar la vida, entre otros daños”, dice el documento de la demanda.
“La Demandante incurrió... y sufrirá en el futuro gastos médicos y psicológicos adicionales. Estas heridas son de naturaleza permanente y la Demandante continuará sufriendo estas pérdidas en el futuro”.
Cuando el Estado es sal para la herida
Por desgracia, estas chicas sufrieron otra ronda de violencia psicológica y emocional de parte de la justicia que manejó el caso en 2008. Las víctimas dijeron que sintieron que no fueron escuchadas al enterarse de la extraña condena que recibió Epstein: tan solo 13 meses de cárcel, con salida seis días a la semana a su oficina, desde donde, según acusaciones, siguió abusando y reclutando niñas.
Lo que es peor, uno de los cargos que se le imputó fue de prostitución infantil, lo que clasificaría a las chicas como "prostitutas", en vez de víctimas de tráfico sexual. Y no solo eso: según el acuerdo que se le otorgó a Epstein, no le avisaron a las chicas sino hasta el día del juicio, cuando ya no podían hacer ninguna objeción.
"Fue tras chicas a las que pensó que nadie escucharía y tenía razón", le dijó Courtney Wild al Herald. "Tan pronto como se firmó [el acuerdo original], silenciaron mi voz y las voces de todas las otras víctimas de Jeffrey Epstein. Este caso se trata de justicia, no solo para nosotros, sino para otras víctimas que no son estrellas olímpicas o estrellas de Hollywood".
Wild dijo que fue reclutada cuando tenía 14 años y todavía usaba ortodoncia. Más tarde desarrolló una adicción a las drogas y estuvo en prisión por cargos de drogas.
"Antes de conocer a Epstein, Courtney Wild era la capitana del equipo de porristas, la primera trompeta de la banda estudiantil y una estudiante que sacaba solo las mejores calificaciones en la secundaria Lake Worth", reportó el Herald en su investigación galardonada. "Después de conocer a Epstein, se convirtió en stripper, drogadicta y reclusa en la Institución Correccional de Gadsden en el norte de Florida".
Una chica que fue abusada por el financiero pedófilo fue encontrada muerta el año pasado en un motel en West Palm Beach por una sobredosis de heroína. Tenía un hijo pequeño.
Las drogas muchas veces se abusan en estos casos porque anestesian el dolor constante tan profundo con el que viven las víctimas, dicen los expertos.
Cuando es el público quien las revictimiza
En muchos casos de abuso, cuando las víctimas sí hablan, sus seres queridos o el público no les cree. Esa es otra ronda de violencia psicológica que sufren.
"Hay revictimizacion de parte de la sociedad", dijo Ríos. "Eso sucede cuando la sociedad dice, 'Ah, pero cogiste el dinero', en vez de empatizar".
¿Por qué reacciona así la gente? "Porque es muy doloroso, entonces la gente tiende a minimizar el dolor de los demás... porque es demasiado horrible", explicó la terapista.
Condenan a 79 años de prisión a pediatra que abusó sexualmente de 31 niños en Pensilvania
Alzar la voz para sanar
En el caso de Epstein, ya que él murió, el caso criminal en su contra acaba. Pero la historia aún no termina. A partir de allí surgen una serie de demandas civiles contra los co-conspiradores y contra su inmueble, para remunerar a las víctimas por los daños que han vivido y vivirán.
"La manera de salir de eso es terapia intensiva, pero incluso con eso no es garantizado", dijo Ríos. "Si hay depresión clínica, puede que necesiten tomar medicamentos. La terapia consistente, terapia en grupo y tratamientos como el EMDR (una estimulación usualmente visual que oscila de un lado del cuerpo a otro mientras la víctima cuenta su experiencia traumática)" ayudan mucho, dice la psicóloga.
Pero es cuestión de años, explican los expertos. No es como la tristeza natural por quedarse sin trabajo o la muerte de un ser querido, porque "eso es situacional, y toma un tiempo en estabilizarse", explica Ríos. "Pero esto es trauma. Esto es una violación, una imposición de poder... ellos se sienten completamente impotentes", como que su propia vida no les pertenece.
La demanda civil no se trata solamente de una remuneración financiera que le ayudará a estas mujeres a no caer en la bancarrota tratando de cubrir un tratamiento costoso que tendrán que recibir de por vida.
"Cuando la persona revive el trauma y sale y logra ayudar a otras personas, continua el proceso de sanación", dijo Ríos. "Lograr justicia va a ser sanador".
Las víctimas de Larry Nassar cuentan en el juicio los detalles de los abusos sexuales a los que las sometió
1/11
Aly Raisman, excapitana del equipo nacional de EEUU y ganadora de un oro y un bronce olímpicos. Crédito: Getty Images
No hay comentarios:
Publicar un comentario