La recreación significa transmitir el abuso a la otra generación. Muchos sobrevivientes recrean los patrones de comportamiento de sus familias de origen que dieron pie al abuso sexual. Esto ocurre a pesar del hecho de que la mayoría de los sobrevivientes han jurando que no harían lo que sus padres hicieron. Aun si el mismo tipo de abuso es conscientemente evitado, el abuso puede ejercerse contra los hijos del sobreviviente de una manera distinta. Puede ocurrir en la forma de abuso físico, mental o emocional. Los sobrevivientes que no han recuperado un sentido completo de identidad y lo que significa amarse a sí mismos, los externarán como una forma defectuosa de amor hacia sus hijos.
Los sobrevivientes saben cómo es no tener poder ni control, y cuando han ganado poder y control, no tienen intención de renunciar ni un poco a él. Algunos sobrevivientes han escuchado: “Puedo disciplinarte porque soy tu padre, tú tendrás tu turno”. Como resultado, algunos sobrevivientes temen disciplinar a sus hijos por miedo a no poder controlarse a sí mismos o detenerse una vez que han empezado. Ya que los sobrevivientes a menudo tienen una percepción poco clara de establecer límites, sus estilos de paternidad y métodos de disciplinar pueden abusivamente violentar los límites de sus hijos.
Muchos sobrevivientes dudan de su habilidad de ser buenos padres y temen que puedan ser abusivos de alguna manera. La mayoría de los abusadores de niños fueron abusados en la infancia, así que los sobrevivientes están definitivamente en riesgo de ser abusivos. Este es un tema difícil de enfrentar ya que la mayoría de los sobrevivientes tienen fuertes sentimientos negativos hacia los abusadores de niños. Es típico para un sobreviviente decir algo como: “La idea de que yo abuse de mis propios hijos es tan horrible que no puedo siquiera imaginarlo”. La supresión de los pensamientos negativos hace más posible que emerjan de manera subconsciente y contra nuestra voluntad. Nosotros sólo podemos hacer lo que nos fue enseñado, y es mejor enfrentar nuestro lado obscuro en lugar de ser sorprendidos cuando un impulso negativo emerge.
A pesar que las estadísticas muestran que muchos de los que abusan de sus hijos, fueron a su vez abusados por sus padres, no hay ninguna evidencia que indique una predisposición genética. Esto significa que los sobrevivientes pueden definitivamente romper el ciclo y triunfar sobre su educación por un cambio consciente de los estilos de paternidad y disciplina adquiridos de sus padres. La re-educación es posible. Nosotros podemos aprender mejores opciones que levantar la mano con ira y abusar física, mental, emocional o sexualmente de nuestros hijos. El sobreviviente y su pareja pueden asistir a clases de paternidad y adquirir los recursos necesarios para romper los ciclos para no perpetuar abuso y no transmitirlo de generación en generación.
14. Bajo deseo sexual / fácilmente estimulado
Los sobrevivientes generalmente encuentran que su sexualidad está fuera de balance en una de dos formas posibles. O su sexualidad está congelada o está sobre estimulada. Las parejas de sobrevivientes cuya sexualidad está congelada se preguntan si tendrán una vida sexual normal alguna vez; mientras que las parejas de aquellos sobrevivientes cuya sexualidad está sobre estimulada se preguntan si ese sexo tan frecuente puede tener algún significado.
Los sobrevivientes con baja o inexistente actividad sexual a menudo reportan sentimientos de repulsión acerca de actos sexuales específicos, hacia el sexo opuesto, hacia el sexo del perpetrador, o hacia el grupo de edad del perpetrador. Los sentimientos del sobreviviente no están específicamente dirigidos hacia su pareja. La experiencia de abuso sexual del sobreviviente provoca una respuesta emocional involuntaria hacia la sexualidad en alguna forma. Este prejuicio le permite al sobreviviente estar a salvo, pero también le impide cualquier experiencia de intimidad sexual. Una variación de esto ocurre cuando el sobreviviente únicamente tiene deseos de tener relaciones sexuales cuando su pareja está trabajando, de viaje, o cuando otras circunstancias hacen imposible tener relaciones sexuales en ese momento. Sólo cuando el sexo es imposible el sobreviviente se siente lo suficientemente seguro de permitir que surjan sus deseos sexuales.
La tarea para el sobreviviente con bajos impulsos sexuales es separar a la pareja de los sentimientos de repulsión provocados por el perpetrador. Sólo el agresor cometió el abuso sexual. La agresión no fue cometida por todos los individuos del mismo género y particularmente, no por la pareja. Podría ser de ayuda para la pareja dejar de tener ciertos comportamientos que el sobreviviente asocia con el agresor o con el abuso sexual.
Los sobrevivientes que son fácilmente estimulados podrían haber sido condicionados por la experiencia de abuso sexual para considerarse a sí mismos como objetos sexuales. Esto llega a internalizarse y se incorpora como parte de la identidad del sobreviviente. Ser sexual es una respuesta automática y puede ser la única manera para los sobrevivientes que se sienten fácilmente estimulados de intimar y compartir lo que son. La falta de respuesta de la pareja puede experimentarse como rechazo, abandono o pérdida del amor. El sobreviviente sólo se siente valioso cuando realiza un servicio sexual que la pareja acepta como prueba de amor.
Los sobrevivientes que buscan sexo constante necesitan encontrar otras formas de expresar amor y sentirse valorados en la relación. La pareja puede ayudar mediante reconocimiento frecuente y validando todas las buenas cualidades del sobreviviente además de la sexualidad. Encontrar formas de construirse una identidad y estilo de vida que no dependa exclusivamente de la sexualidad.
Tomado de Ghosts in the bedroom [Fantasmas en la habitación. Una guía para parejas de sobrevivientes de incesto] por Ken Graber.
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