Algunos sobrevivientes se encuentran a sí mismos actuando sexualmente y enganchándose en conductas promiscuas, a menudo en contra de su voluntad. Estos contactos generalmente tienen una cualidad conductora y no se disfrutan completamente. Si son placenteros, lo son menos que satisfactorios y no duraderos. Para algunos sobrevivientes esto implica dar un giro al abuso. Ellos fueron usados en una experiencia de abuso sexual; ahora se están desquitando al utilizar a otros. En algunos casos esto lleva a los sobrevivientes a comportamientos extremos como sexo en grupo, conductas llamadas “swinging”, o prostitución. La habilidad de desconectarse o disociarse de sus cuerpos, permite a los sobrevivientes de abuso sexual practicar actos sexuales degradantes sin quejarse.
La promiscuidad puede ser vista como una forma de repetición compulsiva. Los sobrevivientes pueden comportarse así porque esta fue la única manera como ellos recibieron atención en sus familias. Ser abusados era mejor que no recibir ninguna atención. Los seres humanos necesitamos ser tocados, y los sobrevivientes buscarán la misma clase de situaciones que resultaron exitosas para ser tocados. La promiscuidad, como el abuso sexual, puede ser percibida como un contacto cariñoso si es la única manera de contacto que el sobreviviente conoce. La experiencia de abuso podría llevar al sobreviviente a creer que su único valor depende de los servicios sexuales que pueda realizar.
Abstenerse de conductas promiscuas y de actuar sexualmente usualmente podría ser necesario para la recuperación de los sobrevivientes. Dado que el sexo es una conducta básica, la total abstinencia sexual no es generalmente exitosa en el largo plazo. Los sobrevivientes que están aprendiendo la diferencia entre experiencias sexuales saludables y promiscuidad o actos sexuales disfuncionales podrían tener algunas recaídas o hacer algunos juicios equivocados. La pareja necesita entender que la promiscuidad del sobreviviente es una reacción de la experiencia de abuso sexual. No es una conducta contra la pareja, aun cuando puede ser dolorosa para la pareja. Las parejas pueden elegir expresar su dolor en una forma que se reconozca al agresor como el responsable en lugar culpar al sobreviviente.
16. Adicción al sexo y al amor
Los sobrevivientes pueden reconocer en sí mismos la repetición de comportamientos que empata con la definición de adicción al sexo y al amor. Esto puede incluir promiscuidad, repetidas aventuras sexuales, relaciones cargadas de romanticismo, múltiples relaciones concurrentes, una serie de relaciones cortas o una necesidad compulsiva de frecuentes conductas sexuales de cualquier tipo. Muchos adictos al sexo o al amor describen una inhabilidad para dejar de masturbarse o dejar de hacer alguna otra actividad sexual extenuante, o dolorosa o que incluso cause lesiones. La característica común es que la adicción al sexo o al amor es un patrón de un comportamiento compulsivo que altera el estado de ánimo que llega a ser doloroso para el sobreviviente y para otros. Es una forma de evitar los sentimientos y el tener que lidiar con los aspectos de la recuperación del abuso sexual.
Habiendo experimentado la intensidad abrumadora del incesto o del abuso sexual, el sobreviviente se siente compelido a redescubrir y re-experimentar esa intensidad. Los sobrevivientes se enganchan en este tipo de conducta para buscar la excitación y la intensidad de un nuevo amor las primeras experiencias sexuales. Los adictos al sexo y al amor adoran enamorarse y la experiencia de integrarse con otra persona. Ellos están enamorados, no con otra persona, sino con la forma como eso los hace sentir. Una vez que la novedad de la experiencia pasa, la relación se termina. Hay una continua necesidad de repetir la experiencia romántica y encontrar más formas excitantes de comportamiento a pesar de sus consecuencias.
La adicción al sexo y al amor es como otras adicciones y puede ser entendida de las mismas maneras. Las relaciones son las sustancias adictivas y la causa de euforia, hábito, proteger la disponibilidad de la sustancia adictiva, enfermedad, depresión y muerte. En lugar de permitir la pasión inicial para establecer a base de un compromiso de largo plazo con otra persona, los adictos al sexo y al amor tienden a experimentar esa pasión inicial una y otra vez. Es un intento mal dirigido para sentirse bien respecto a uno mismo mediante la búsqueda de soluciones externas para un problema interno. Las relaciones y experiencias intensas pueden proveer alivio momentáneo a la depresión y al dolor de una identidad fundada en la vergüenza, pero ellos no lidian con el abuso sexual que es la causa del problema. La abstinencia del comportamiento adictivo en esta área es también necesaria para los sobrevivientes en recuperación. Igual que en la recuperación por la promiscuidad, los sobrevivientes pueden tener recaídas en tanto aprenden formas saludables de relacionarse sexual y amorosamente. Una vez más, las parejas inteligentes reconocen que la conducta asociada con la adicción sexual y amorosa no está dirigida contra la pareja.
Tomado de Ghosts in the bedroom [Fantasmas en la habitación. Una guía para parejas de sobrevivientes de incesto] por Ken Graber.
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